PORQUE NACE EL SINDICALISMO
El sindicalismo fue un
movimiento que surgió con la revolución industrial, como una manera de
reaccionar ante los abusos y explotación de los empresarios que trataban a los
trabajadores de manera inhumana. Las jornadas laborales eran de horas
prolongadas, los lugares de trabajo, insalubres y los trabajadores se exponían
a riesgos superlativos, el trabajo infantil era cruel y despiadado y en fin era
un contexto histórico deleznable.
El sindicalismo aunque ya tenía sus raíces,
fue parte de las estrategias marxistas para fundamentar e instrumentalizar la
lucha de clases. Posteriormente con el surgimiento del movimiento que atenuó el
desarrollo político del enfrentamiento social propuesto por Marx y Engels, a la
coyuntura del socialismo democrático, aparecieron dos frentes sindicales; el
propuesto por el marxismo y uno menos virulento, que conservó los objetivos de
defensa de la clase trabajadora y la lucha por evitar la explotación laboral y
la consecución de beneficios laborales para los trabajadores.
Surge posteriormente el
sindicalismo en la función pública, que lógicamente no tenía el propósito de
librarse de la explotación laboral, pues por definición el Estado no tiene el
objetivo de explotar a sus súbditos, razón por la cual este sindicalismo tiende
a buscar, como es lógico, el bienestar de sus miembros y por ende aparece el
“contrato laboral” como mecanismo de acercamiento entre el sindicato y los
representantes patronales, situación que condujo a cambiar su posición hasta
llegar al extremo de gobernar y cambiar sus objetivos laborales.
Llegado a este punto el
sindicalismo se acoge a disposiciones laborales, para superar los beneficios
que la legislación laboral les otorga, y entonces asumen una posición laboral
que está en contra de los intereses económicos institucionales, sea como
empresa pública o institución creada para prestar servicios de interés social.
Ante esta situación el servicio que se presta deja de ser el objetivo social y
en cambio se lucha por obtener privilegios particulares para sus trabajadores,
perdiéndose la perspectiva del beneficio laboral y también el objetivo del
servicio institucional eficiente para la sociedad, ante esta situación, si no
se toman medidas correctivas el sistema va a colapsar, pues la institución no
presta el servicio para el que fue creada y los trabajadores van a perder la
posibilidad de lograr un trabajo humanizado y bien remunerado, o sea perdemos
los dos objetivos sociales que inicialmente buscábamos.
Ante esta situación los
sindicatos deben replantear sus estrategias para dinamizar y efectivizar los
objetivos institucionales, caso contrario la organización pierde su razón de
ser y por ende el sindicato promueve su propia extinción.
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